La salida de nuestra carrera se dio a las 18:30; demasiado calor todavía. 26º-28º que parecían mucho más y para sumar un poco más de dureza a las condiciones sólo habría dos avituallamientos en el recorrido.
Salí cauta, cerrando el grupo de cuatro chicas que nos destacaríamos en cabeza desde el principio con algún que otro junior que irían cediendo a lo largo de la carrera. En el km2, casi sin darme cuenta, pasé a ser segunda de golpe. Paula, mi compañera del Seoane Pampín, se retiró y casi a la vez yo adelanté a Mariajo. Vista la situación de la carrera tiré para adelante justo donde comenzaba una subida muy fuerte. Con el ritmo vivo que llevaba me estorbaban dos juniors e hice por abrirme camino hasta que también pasé a Raquel y me puse a liderar carrera un buen tramo hasta llegar a una zona de llaneo. Raquel bajaba mejor y se volvió a colocar en el primer lugar. A partir de aquí la carrera fue muy similar al "rifirafe" anterior: subiendo me encontraba muy bien, no pensaba en nada, solo subía a ritmo y tenía a Raquel "a tiro" (tan sólo a unos 5-10 metros dependiendo de zonas). Mi cabeza me decía que de seguir así en el tramo final tenía mis posibilidades para hacerme con la victoria, pero en el km6 afronté una bajada en la que mis piernas no respondían igual que subiendo. Me costaba dominar el ritmo, pero una de vez de vuelta al tramo de subida volvía a coger cadencia.
Estaba claro que todo iba a quedar pendiente de resolución en el tramo final. Llegamos al km7 y pico y nuevamente el circuito pica hacía abajo. Tal y como ha ido la carrera anteriormente: veo como Raquel se lanza y empieza a sacarme más distancia, no demasiada pero lo justo para que terminando en bajada los últimos 400 metros no la pueda alcanzar. Sin embargo no me ofusco, choco la mano sobre la marcha con mi querido Guty antes de lanzarme hasta la meta y disfruto de esos últimos metros pensando y saboreando en que soy subcampeona de España de Carreras por montaña. Entro en meta y Raquel y yo nos abrazos con mucho cariño, porque sabemos todo lo que llevaba acarreado esta temporada; y me reconoce que se lo he puesto muy difícil. Esto para mí también es un premio.
Muy emocionada no dejo de pensar en todos los que estaban pendiente de mí: Rubén, Jorge, Álvaro, Laura, Bego, mis padres... Y además mi hermano, que había viajado hasta allí y se encontraba esperando en Molinaseca a que nos bajaran de nuevo los autobuses. La sensación de felicidad era inmensa: satisfacción sobre todo porque ya no solo se trataba de una medalla de plata, sino de plasmar por fin en una carrera todo el trabajo que en otras no había salido. Pasamos la noche en Molinaseca y volvimos al día siguiente a Burgos haciendo escala en Palencia, ya que parte de los amigos habían corrido allí una legua y me apetecía compartir con ellos cuanto antes la medalla.
El comienzo de la semana fue un poco raro. Por un lado tenía la euforia de la carrera y el subcampeonato aún presente, pero por otro lado tenía la incertidumbre por ver la lista de la selección para el Europeo. La plaza fija era para los campeones y luego se decidiría si llevar equipo de hasta 4 miembros. No había nada fijo. Así paso el lunes y martes, con miles de dudas y pensamientos pasando por mi cabeza. Finalmente el miércoles salió la circular de la RFEA descartando formar ningún equipo y tan sólo acudir con los campeones. Para esto no me quedan muchas más palabras que añadir. Decepción y un poco de vergüenza ajena. Personalmente me daría reparo redactar la circular que leí... jajjaja! Mirando el lado positivo por fin puedo descansar "del todo" unos días, ¡que esto solo acaba de empezar y vienen muchas cosas buenas!!!
De hecho eso no basto para quitarme las ganas de entrenar aunque ya acecha el deseado descanso veraniego, que sera breve en mi caso. Decidí volver a calzarme las zapas de competir siete días más tarde de Molinaseca, para otra carrera de armas tomar: La Subida a La Hoz... ¡Y es que con la tontería acumulamos unos 433m de desnivel! Una carrera de lo más amena y familiar. Disfrutando de la carrera de 10kms en El Almiñé, disfrutar subiendo y bajando al acabar a modo paseo o trote según cada uno. Y lo mejor de todo: la merienda y premios que nos habían preparado a todos los participantes. Llevaba varios años con la espinita de no haberla corrido porque por fechas siempre me coincidía con Campeonatos o pruebas de pista; pero en esta ocasión, acertamos con la fecha y me quite de la cabeza la idea del Europeo.