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jueves, 10 de noviembre de 2016

Las carreras marcadas en rojo para un atleta

Todos los atletas tenemos una o varias carreras marcadas en rojo en nuestro calendario. Y no me refiero a Campeonatos Nacionales o, los que pueden aspirar a ello, competiciones internacionales. De por si son citas muy importantes para cada uno. Me refiero a esas carreras que de un modo u otro ocupan un lugar en nuestra agenda anual porque nos han aportado tantas alegrías y satisfacciones que para nosotros sería imperdonable dejar de participar en ellas. Son carreras que el ambiente que se respira en ellas y la satisfacción posterior de terminar es una recompensa de triunfo enorme.

Para mí esto sucede en octubre. "Mi día" fue el 23, en la Carrera CajaViva-CajaRural que capitanea y dirige Diego Ruíz. Después de ganar las tres ediciones anteriores (desde que se lleva haciendo) me propuse que esta edición tenía que ser la cuarta. La semana de entrenos había ido genial: unos rodajes progresivos con estupendas sensaciones y un jueves de series con mis chicos que reafirmaban mi buen estado de forma. Seguía mejorando unos segundos cada serie y además me resultaba cada vez más fácil. El sábado un rodaje suave para soltar y de ahí fuimos a recoger los dorsales en compañía de los jabatos Rubén y Álvaro, junto con Laura. Eso sí, todo esto después de tomar nuestro ya típico "desayuno post entreno"... jejjejje! ¡Qué bien entra un ColaCao o Nesquik y un poco de comer con la satisfacción de haber completado una buena mañana con las zapatillas puestas!

Las previsiones meteorológicas no eran muy alentadoras: daban lluvia y viento fuerte (32km/h). Cuando a las 7 de la mañana en vez de despertarme el reloj me despertó el diluvio que estaba cayendo fuera no hizo más que cumplirse las malas previsiones. En mi cabeza enseguida saltó "la nube gris": "Bufff... A la mierda el intentar conseguir rebajar el récord de la prueba" y estar en mi marca personal. Pasaron un par de horas, nos fuimos preparando: dorsal, zapatillas, impermeable... Parecía que la lluvia remitía por momentos, aunque solo a ratos. En el calentamiento me encontré bien y abandone los pensamientos típicos de "está lloviendo, que pereza, que salga lo que sea...". Decidí que iba a ir a por mi marca e intentar rebajar el récord, que lo iba a pelear. No me preocupaban las rivales; sólo quería ir a mi ritmo porque lo tenía en las piernas.

Se da la salida y arranco ya con los primeros grupos de chicos, el primer km a 3:24 con Álvaro y luego, como es habitual, en mi me acomodé a ritmo de 3:30. Paso el km5 en 17:31, tirando de un grupo de chicos que pocas intenciones tuvieron de darme un relevo. Pero me daba igual, no iba pendiente de ellos; sólo les notaba detrás de mí y no me influía. En la segunda vuelta al circuito el aire empezaba a ser más molesto, pero iba con cierto margen. El km7 y 8 se me fueron a 3:40 pero ya no quedaba nada, sólo tenía que mantener y apretar un poco al final. ¡Y que gran final! Entraba en meta con 35:31. Objetivo cumplido: batía mi récord en 9" y ganaba por cuarto año la carrera. Cuatro ediciones, cuatro victorias.




Ahora a esperar que llegaran a meta Álvaro, Laura, Rubén y Adri. Todos terminaron más o menos contentos con sus sensaciones y quedaba lo mejor del día: recoger el premio, mi peso equivalente en manzanas y repartirlas entre los amigos que se habían acercado a la carrera. Y para terminar el día tarde de celebración entre amigos: tortilla de patata, picoteo, peli, fútbol ... ¡Y a empezar una nueva semana, así da gusto!





El lunes amanecí con ganas de rodar, leer el periódico y recopilar fotos del día anterior... Esas cosillas que te hacen que estés más emocionada de lo normal cuando has competido bien. Por otro lado, con esta semana cerrábamos un mes de octubre muy bueno y aún quedaba ir el domingo a Tordesillas y competir en su media maratón. Aprovechamos la semana con entrenos al sol y temperaturas desconocidas para la época del año en que estábamos. El martes y jueves todos los del grupo juntos y el resto de días a nuestra bola haciendo cada uno malabares con su agenda para sacar tiempo.

A mí me ha tocado compaginarlo con la promoción del Cross de Atapuerca por los colegios de Burgos. Han sido dos semanas intensas visitando veinticinco colegios, poniendo mi granito de arena y disfrutando de mi otra gran pasión: los peques. Una experiencia que compensa con creces la fatiga de ir con el coche de un lado para otro... Menos mal que esto no es Madrid... jajjajja


Y por fin nos plantamos en un fin de semana de puente y con cambio de hora. Todo "completo". El domingo fuimos a la Media Maratón Internacional de Tordesillas y 10km 2Villa del Tratado" con la idea de correr Álvaro y yo; en esta ocasión Rubén se quedaba de animador. Álvaro y yo teníamos planeado ir juntos hasta los 10kms (ya que él no hacia la media), llevar un ritmo más o menos fuerte para volver a tener las sensaciones de la carrera anterior y luego aguantar en solitario el resto de la carrera "a mi aire" en función de las sensaciones en carrera.





El primer km con bajada hace que vayamos a 3:17 y luego ya en las largas rectas nos establecemos en 3:30, comandando un grupo en que íbamos las llamadas a luchar por la victoria: una chica marroquí, Cristina de Palencia y otra chica que hacía sólo la prueba de 10kms. Como me encontraba bien decidí marcar el ritmo, siendo consciente que llevaba el ritmo de un 10.000 más que el de una media, rodando todos los kms entre 3:30-3:35. Íbamos a buen ritmo e incluso iba animando a las otras chicas; así hasta finalizar la primera vuelta donde comencé sola los 11kms restantes.



Aventajaba a mi rival en más de 2 minutos según calculaba en los giros, así que seguí sin aflojar porque quería hacer buena marca y los últimos kilómetros eran en subida. Fui sumando kilómetros disfrutando de las sensaciones y de mi "cierta soledad" interrumpida por los atletas con los que me cruzaba y animaban; sobre todo de Jorge, de sus padres y, por supuesto, de Rubén y Álvaro que estaban esperando ya cerca de la meta. Y así de "a gusto" crucé la línea de meta en 1h18:07; y con el "regustillo" de haberlo hecho con cierta comodidad y satisfacción.




La anécdota de la carrera: el control antidoping... ¡hasta las 16h no pudimos marcharnos para casa!... jajajja! Yo que soy de poco beber y algo de deshidratación en el cuerpo después de tantos kilómetros hizo que en Peral (donde nos esperaban para comer) se les quedara frío hasta el postre. Pero por lo demás, un día para enmarcar: victoria, buenas sensaciones, buena marca, fenomenal clima y magnífica compañía. ¡Que siga así!






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